- Defensa incondicional, absoluta e inequívoca de la Constitución Política del Estado promulgada en 2009, de la que emergió el Estado Plurinacional de Bolivia y que reconoce los derechos nacionales, sociales, económico, políticos y culturales de 36 pueblos indígenas que han permitido la inclusión y empoderamiento de indígenas y campesinos en la vida política y social del país, otrora excluidos desde la colonización española.
- La nacionalización de las empresas estratégicas como Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Entel y todos los otros bienes de la nación.
- El Sistema Único de Salud (SUS), que permite el acceso a la salud gratuita en centros públicos.
- El Modelo Económico Social Productivo Comunitario que incluye la redistribución de las riquezas mediante las utilidades de las empresas nacionalizadas y que (a) beneficia a estudiantes con los bonos Juancito Pinto y Juana Azurduy, (b) permite el acceso de los más necesitados a servicios básicos especialmente del gas domiciliario y gas licuado, y (c) brinda apoyo a los pequeños agricultores con sistemas de riego y otros para garantizar la soberanía alimentaria.
- La derecha boliviana (Reyes Villa, Doria, Paz y Quiroga) lograron una contundente victoria electoral, tanto en la primera como en la segunda vuelta, terminando así dos décadas de dominio político y electoral de gobiernos del Estado Plurinacional.
- Los resultados de la segunda vuelta (17/08/2025) no dejan duda al respecto del descalabro político-electoral del MAS-IPSP. La derecha disputó la elección en condiciones muy favorables con el MAS-IPSP sumido en división y confusión, y con el gobierno de Luis Arce enfrentado a una severa crisis económica. Entre 2014 y 2025 el MAS (o las corrientes en las que se dividió) redujo su votación de 3.173.304 a 1.996.938 (en la primera vuelta). En la segunda vuelta, con solo candidatos de derecha (Paz y Quiroga) conjuntamente en el mismo período subieron de 1.860.884 a 6.404.195, un incremento de más de 4.5 millones.
- El impacto del resultado de 2025 se manifiesta, además, en el fuerte desempeño de la derecha combinada a nivel parlamentario: 119 escaños de un total de 132 y la totalidad de los 36 escaños del Senado. Un resultado que amerita el adjetivo de catastrófico. Esta relación de fuerzas permite que tanto la promesa de Rodrigo Paz, elegido presidente, ‘no solo cambiar de gobierno, sino cambiar de modelo’ y de Tuto Quiroga, representante de la extrema derecha boliviana que, a la Milei, prometió “motosierra, machete y tijera.”
- En otras palabras, con más o menos delicadeza, la derecha tiene control político de los instrumentos institucionales esenciales y mayorías suficientemente holgadas para llevar a cabo uno de sus objetivos estratégicos: el desmantelamiento y demolición del Estados Plurinacional contra el cual ha librado batalla sin cuartel desde la promulgación de la Constitución que lo erigió en 2009.
- Hay, sin embargo, un obstáculo para que las derechas lleven a cabo este anhelado y reaccionario objetivo: el inmenso y poderoso movimiento de masas, desencadenado por las terribles injusticias, intolerables desigualdades y brutal represión de décadas de políticas neoliberales y liderado exitosamente por el MAS-IPSP.
- Lo que explica el lanzamiento de la persecución política de lideres históricos del MAS-IPSP, tales como Lydia Patty, dirigente indígena, la exdiputada por el MAS, quien cumple detención preventiva por seis meses desde el 6 de diciembre, acusada de incumplimiento de contrato en relación al Fondo de Desarrollo Indígena. Y, recientemente (10 de diciembre 2025), del ex presidente Luis Arce, quien ha sido arrestado y puesto en prisión preventiva por cinco meses, acusado de malversación en el manejo de ese Fondo. Hay fuertes indicaciones que, en una caza de brujas apenas disimulada, se extenderán las acusaciones (y los arrestos) a todos los ex ministros del gobierno de Luis Arce.
- La judicialización de la política en Bolivia ya se ha dejado sentir con bastante fuerza. La Corte Suprema de Justicia en controvertida decisión, ordenó la liberación de Jeanine Añez, quien como presidente instalada por el golpe de estado de noviembre de 2019 que derrocó al entonces presidente Evo Morales, lideró una dictadura de facto durante la cual se perpetraron las masacres de Sacaba y Senkata. La Corte Suprema también liberó al gobernador de Santa Cruz, político de extrema derecha, Luis Fernando Camacho, y al ‘líder cívico’ de Potosí (de extrema derecha también), Marco Antonio Pumari, ambos encarcelados por su rol en las masacres de Sacaba y Senkata.
- Hay fuertes indicaciones de que el lawfare no se detendrá allí, sino que se prevé que afectará otros dirigentes del MAS-IPSP tales como Juan Ramon Quintana, muchos otros ex ministros, y hasta el propio Evo Morales. El Grupo Puebla ha expresado profunda preocupación, alertando que el uso selectivo del aparato penal en un contexto regional marcado por el lawfare, “que se ha utilizado reiteradamente como herramienta de persecución política y alteración de la competencia democrática.”
- Esta ofensiva es la antesala del objetivo de las derechas bolivianas de destruir y demoler el Estado Plurinacional y todas las conquistas que ha conllevado para millones de ciudadanos, otrora marginados, especialmente los pueblos indígenas. Para ello cuentan con el apoyo y aliento del imperialismo norteamericano, y Trump en particular, que explícitamente busca apoderarse del ‘triángulo del litio’ (y recursos naturales, como el petróleo que Trump intenta obtener por medios abiertamente militares). “Los gobiernos neoliberales se han caracterizado por entregar nuestros recursos, endeudar al país y privatizar lo que es del pueblo.”
- A horas de su investidura como presidente, en flagrante violación a la Constitución, Rodrigo Paz eliminó la wiphala, símbolo de la identidad indígena de todas las instituciones oficiales del estado (presidencia, ministerios, etc.). Tres semanas después lo harían las fuerzas armadas. Además, la chakana –la cruz andina– ha desaparecido y el Reloj del Sur –con números invertidos y que giraba en sentido antihorario para significar la descolonización–, ha sido revertido. Señales inequívocas del objetivo de gobierno: erradicar el Estado Plurinacional.
- La persecución política inevitablemente conlleva la represión violenta del objetivo que se procura suprimir o eliminar. El 8 de diciembre, como consecuencia de la represión, dos personas murieron y seis fueron heridas, dos de gravedad, heridas causadas por proyectiles de armas de fuego. Estos hechos son el resultado de un enfrentamiento entre miembros de la comunidad de Cotapachi (Cochabamba) que protestaban exigiendo el establecimiento de límites al botadero local “debido a que genera un grave foco de infección.” Informes señalan que los disparos provinieron tanto de la policía como grupos de choque.
- Las acciones del gobierno de Rodrigo Paz y de la Corte Suprema de Justicia, representan una avanzada en la ofensiva estratégica de la derecha boliviana y el imperialismo de destruir el Estado Plurinacional de Bolivia. Las fuerzas progresistas del país deben resistir y concitar la solidaridad de América Latina y del mundo. Frente a esta amenaza, la unidad del movimiento de masas que logró establecer el Estado Plurinacional, su constitución y sus leyes, debe restaurar su unidad, pero sobre todo actuar con unidad en la acción en defensa de la Constitución del Estado Plurinacional.
- Procuramos la convergencia y unidad de las fuerzas progresistas y revolucionarias que buscan una sociedad justa, solidaria, despatriarcalizada y descolonizada sobre lo principios:
- Vivir Bien en armonía con la naturaleza, la reciprocidad y la solidaridad
- Unidad en la diversidad, celebrando nuestra pluralidad cultural, étnica lingüística.
- Justicia social y económica, con distribución equitativa de la riqueza y respeto a los derechos humanos y laborales.
- Soberanía y autodeterminación frente a cualquier forma de imperialismo, fascismo o colonialismo.
- Reconocer la lucha de clases y el papel central de la clase trabajadora y los sectores populares.
- Propiedad colectiva de los medios de producción y gestión democrática de la economía.
- Lucha por la emancipación de los pueblos oprimidos y contra toda forma de explotación.
- “Los programas de gobierno de la extrema derecha contiene centralmente una agenda privatizadora de los recursos naturales de la nación, reducir, si no, eliminar la soberanía nacional y revertir cuantas conquistas sociales logradas luego de décadas, en realidad siglos, de heroicas luchas sociales que se materializaron a partir del triunfo popular en 2005 y de la promulgación de la Constitución Plurinacional en 2009.”
- Por ello reiteramos nuestro llamado a la “máxima unidad del gigantesco bloque popular boliviano alrededor de la defensa el Estado Plurinacional, nuestros recursos, la soberanía y el futuro de nuestras generaciones y cuyos puntos centrales son:
¡NO AL LAWFARE! ¡MAXIMA UNIDAD EN RESISTENCIA!
Wiphalas por el Mundo / Wiphalas across the World

